Una encrucijada «de pasos y caminos»

Una encrucijada «de pasos y caminos»

Sucede a veces que el teatro traspasa no ya la cuarta pared, sino también la puerta principal del recinto donde se representa, y luego la ciudad, y luego el país. Y sigue avanzando, cruzando fronteras, hasta que llega a una encrucijada de pasos y caminos, donde viajero y sendero acaban siendo uno mismo.

Esta es la esencia de «De pasos y caminos», de la compañía Teatro del Dónde, una obra que hace del viaje y las rutas migratorias del mundo un único sendero por el que transitan sueños, despedidas, decepciones y (re)encuentros.

La migración al desnudo

En «De pasos y caminos», las vidas de las dos protagonistas beben, y mucho, de las dos actrices que las interpretan. No es casual que estas se llamen Laura y Cristina, ni que una venga del «país Pulgarcito de América», u otra salpique sus diálogos de frases en catalán. Aquí el fondo también es la forma. Y así, entre maletas, huellas y surcos, las dos actrices ponen el alma en el asador para mostrar un retrato crudo y estremecedor de la migración (in- y e-), con ocasionales pinceladas del teatro del absurdo, donde la puesta en escena sirve como canalizador de la pregunta más importante del existencialismo: «¿Quién soy»?

De pasos y caminos - Foto

Destaca la referencia a La Bestia, el infame tren de la muerte, disfrazada de esperanza, que atraviesa México de sur a norte, en un viaje donde muchos migrantes pierden la vida y/o la dignidad, como aquel que al amputarle la pierna la rueda del tren, decidió meter la cabeza también y acabar con su vida, porque de nada serviría ser inválido cuando el propósito es buscar una vida mejor al norte de la frontera. La Bestia, el devoramigrantes, una experiencia que unos pocos se han atrevido a contar al mundo, en forma de reportajes y documentales.

La eterna encrucijada muestra a las protagonistas en un intercambiador emocional donde ya no sabemos si están esperando a Godot, o si es Godot el que las espera a ellas. Tan intensa es «De pasos y caminos» que a duras penas puedes resistir la mirada de las actrices cuando estas interactúan con el público en dos momentos puntuales. Sus ojos llevan el equipaje de todos los viajes del mundo, de todas las miserias y las alegrías condensadas en los pocos metros cuadrados del escenario. Y eso, es demasiada vida para soportar.

Las huellas sembradas dejan un rastro de desesperanza, pero también de ternura. Basta una hora para darnos cuenta de que todos somos viajeros en un mundo donde siempre hay alguien que vive mejor o peor que nosotros.

Pablo Olivares

Este página tiene su origen en 2011, cuando realicé un viaje de mochila por Latinoamérica, durante 10 meses, 40.000 km y 16 países. (aquí lo cuento), y aquí le doy voz a Latinoamérica entre 2014 y 2017. Actualmente estoy en Tortilla de Ideas.