«Que otros se jacten de las páginas que han escrito;
a mí me enorgullecen las que he leído.»
(Jorge Luis Borges)
Una de las mejores maneras de conocer a un lector (y todo buen escritor es antes un lector) es escudriñar su biblioteca, qué libros atesora, cuáles ha anotado, de cuántos tiene ejemplares dedicados. Los casi cuatro mil volúmenes de la biblioteca personal de Cortázar fueron donados a la Fundación Juan March, pudiendo consultarse el catálogo aquí.
Analizando este catálogo se ve claramente que Julio Cortázar era un lector voraz («El vicio de leer es peor que el tabaco»), con variados intereses (pintura, escultura, literatura, cine, historia, música, política latinoamericana, etcétera) y apreciado en el gremio de la escritura, más de quinientos libros están dedicados por sus correspondientes autores (o por amigos de Cortázar). También hay bastantes libros subrayados, solía leer con un lápiz en la mano y consideraba que «cuando uno subraya un libro se subraya a sí mismo».