Ya vimos en el podcast dedicado a El Salvador que este es uno de los grandes desconocidos de Latinoamérica. De hecho, esta semana el país ha estrenado presidente, tras un largo periplo con el Tribunal Supremo Electoral de El Salvador validando votos, y pocos medios se han hecho eco de la noticia.
¿Qué conocemos de El Salvador? Yo, desde luego, poco, la verdad. Sin embargo, pese a no haber profundizado en el país cuando estuve en 2011, tuve una experiencia relacionada con la música en El Salvador que hoy quiero recordar: cuando conocí en un autobús a un chico que volvía de un concierto de Helloween y Stratovarius en San Salvador.
La música metal, de gira por Centroamérica
Este chico, de nombre Mario, me contó que en El Salvador y en toda Centroamérica había mucha tradición de música metal. Es muy habitual que grandes bandas de este género consideren a esta región como un destino prioritario en sus giras.
Mario sabía de lo que hablaba. Según la Encyclopaedia Metallum, El Salvador, un país de poco más de 6 millones de habitantes, ocupa el segundo lugar en Centroamérica en bandas de metal registradas en la actualidad (105). Encabeza el ranking Costa Rica, que, con sus casi 5 millones de habitantes, tiene incluso más bandas de metal registradas (154).
De entre todas las formaciones pioneras, muchas sucumbieron con la guerra civil de los 80, otras perduraron muchos años más y otras, como es el caso de Renegado, aún siguen en activo desde hace más de 25 años.
La escasez de medios de promoción exterior ha hecho muy difícil que el metal salvadoreño haya traspasado fronteras. Pero aún así, grupos como Symbolic son dignos representantes de la escena internacional. Con ellos ponemos fin a esta pequeña pincelada de un aspecto poco conocido, pero muy presente, en El Salvador.
Si queréis más información, en esta veterana página, un referente del género, podréis encontrar numerosas videoentrevistas y una emisora de radio sobre la escena metalera en Latinoamérica. Y para estar al día con el metal salvadoreño, esta página es muy completa.
Por cierto, Mario me ayudó a encontrar alojamiento en Santa Rosa de Copán (Honduras) llamando a varios amigos suyos de allí desde el autobús en que nos conocimos. A él y su amabilidad, casi tres años después, quiero dedicarle esta entrada.