He tenido el privilegio de poder conocer una Noche de Difuntos mexicana en vivo. En el estado de Michoacán existe una localidad donde esta tradición está muy arraigada, y, para qué negarlo, es muy atractiva para visitantes y locales. Esa localidad se llama Tzintzuntzan, y forma parte del grupo de pueblos que están en torno al lago de Pátzcuaro, todos en mayor o menor medida dedicadas a la celebración de este día.
En la celebración, los panteones se llenan de velas, flores y otras ofrendas a los fallecidos. En este audio se escuchan de fondo las orquestas que muchas familias traen a sus difuntos. Para los michoacanos (y gran parte de México) es una gran fiesta nacional, donde se honra al difunto con sus gustos y comidas favoritos, algo de lo que espero hablar en otra ocasión. Todo este jolgorio, trenzado con la gravedad que supone velar a un ser querido, escondía un silencio detrás muy difícil de describir. Si escucháis con atención, tal vez pueda percibirse: