Hay una Costa Rica luminosa, de naturaleza exuberante, profusa en fauna y flora, donde los numerosos parques nacionales apenas dejan espacio a la expansión urbana y donde turistas con daiquiris en la mano suben fotos de sus piernas apuntando a la orilla de la playa.
Pero hay otra Costa Rica oscura, siniestra, alimentada por leyendas que durante siglos han helado la sangre de los más bravos del país y del mundo. Es la Costa Rica misteriosa, repleta de personajes lúgubres, de entre los cuales hoy destacamos a la Cegua.
Una espantosa visión
Los antiguos viajeros en Costa Rica (y algunos actuales) se cuidaban mucho de transitar por los caminos solitarios de noche. Y es que en cualquier momento podían toparse con la Cegua, un fantasma (o «espanto») con apariencia de hermosa mujer que les solicitaba ayuda para llevarla a algún sitio.
Sin embargo, cuando accedían y esta se subía al caballo o vehículo del viajero, la cara de la hermosa mujer se transformaba en una horripilante cabeza de caballo putrefacta. ¿Qué sucedía después? La cultura popular contempla diferentes comportamientos de la Cegua (o «Segua», o también «Tzegua»):
- Que la Cegua mordiera la cara del viajero para marcarlo como adúltero.
- Hacerlo enloquecer y dejarlo físicamente impedido.
- O directamente causarle la muerte entre horribles gritos, reventándole los ojos.
Algunas leyendas hablan incluso de varias Ceguas cooperando entre sí para acechar a sus víctimas. Y no solo afectaba a viajeros, sino también a hombres mujeriegos y de dudosa moral.
Había una forma de eludir el ataque de la Cegua: lanzándole unas semillas de mostaza, que tienen un simbolismo bíblico, y que al ser tan pequeñas, el espectro no podía evitar intentar recogerlas, algo imposible al estar transformada. Así pues, la Cegua se afanaba toda la noche en intentar recogerlas, y al llegar la luz del día, vomitaba su alma y moría… para volver a reaparecer la noche siguiente.
La Cegua, así como otras leyendas ticas (costarricenses) se basan principalmente en la tradición oral. El escritor Elías Zeledón ha recopilado muchas de ellas en un libro. En el cine, en 1985 el director tico Antonio Yglesias dirigió «La Segua». Más recientemente, Eloy Mora dirigió esta versión moderna de la leyenda en un cortometraje cuyo final es más entendible si conoces un poco más sobre otras leyendas de Costa Rica. Recomendado verlo a pantalla completa:
(Ilustración de cabecera: Octophiliac)