Pobreza y riqueza en Latinoamérica

Pobreza y riqueza en Latinoamérica

Hace unas semanas leí este artículo donde se hablaba de la mejoría económica de Latinoamérica. Dado que no me gusta opinar sobre lo que desconozco, le he pedido a Mario Moratalla, redactor del diario Vozpópuli y experto en economía que interprete el artículo para «Silencio, se viaja».

En opinión de Mario Moratalla, hay que ser extremadamente prudente a la hora de condenar o elevar a los altares a un país solamente fijándonos en los datos económicos. Y más si la intención subyacente es elegir un posible destino si nos estamos planteando emigrar. En palabras de Moratalla, «en la región ahora mismo todos los países tienen crecimientos fuertes que desde una visión europea suenan majestuosos, pero hay que tener en cuenta que muchos vienen de un punto de partida muy bajo».

Por tanto, no existen recetas mágicas para definir con exactitud si un país es «emigrable» o no. Es más, los indicadores económicos tampoco pueden definir si un país es «rico» o «pobre».

Pobreza y riqueza: cuestión de conceptos

He llegado a varias conclusiones sobre los conceptos de «pobreza» y «riqueza» en Latinoamérica. Y es que la riqueza de un país no solo se mide por su economía. También tenemos que tener en cuenta otras variables como la actividad cultural o los servicios ofrecidos. Mario Moratalla afirma que «lo que realmente marca la diferencia entre los países ricos y pobres a largo plazo es la calidad de sus instituciones. Por ello, un país donde el propio sistema esté en entredicho difícilmente podrá mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos a medio plazo».

He conocido países latinoamericanos con un bajo PIB, pero riquísimos en tradiciones, con habitantes que te hablan mirándote a los ojos y trituran en cada pestañeo la ansiedad personal y la dependencia material que muchos países europeos sufren (sufrimos). Si nos abandonaran en un bosque, muchos de estos europeos seríamos incapaces de orientarnos en una oscura noche estrellada. Y por no hablar de tradiciones ancestrales chamánicas que en más de un europeo suscitan tanto escepticismo.

Eso de la pobreza y riqueza en latinoamérica, y en el mundo, es muy relativo. Conocer in situ cada país es imprescindible para hacernos una idea de su potencial. No hay que olvidar que posiblemente aquel país que hace años ni siquiera te llamaba la atención, ahora podría ser el destino ideal que definirá tu lugar en el mundo. Lo que te va a hacer amar un país no es su indicador económico, sino muchos más factores que a lo mejor ni siquiera te imaginas.

Pablo Olivares

Este página tiene su origen en 2011, cuando realicé un viaje de mochila por Latinoamérica, durante 10 meses, 40.000 km y 16 países. (aquí lo cuento), y aquí le doy voz a Latinoamérica entre 2014 y 2017. Actualmente estoy en Tortilla de Ideas.