Dentro de Perú cabrían dos países y medio como España. O cabría una Colombia y pico. O incluso cabrían casi doce Honduras. Perú es, a poco que miremos el mapa, uno de los países más grandes de Latinoamérica. El cuarto, en concreto, tras Brasil, Argentina y México.
La vasta extensión de Perú tiene tres zonas claramente diferenciadas: la franja correspondiente a la costa, la franja de la sierra y la franja de la selva. Tres zonas, tres Perús. Y casi se podría decir que un Perú no tiene nada que ver con el otro.
Costa
¿Por qué lo llaman «costa», cuando deberían decir «desierto»? Atravesar Perú por la costa supone ver kilómetros y kilómetros de terreno cubierto de blanca arena, piedras y casas de barro. Y la idea de bañarse en la playa es impracticable en muchos casos, porque las estampidas de las olas del Pacífico hacen que cualquier intento de zambillida en el mar sea una tarea solo para héroes.
Lima es la segunda ciudad desértica más grande del mundo, después de El Cairo. Tampoco darse un baño allí es fácil: la costa está surcada por acantilados (no en vano, uno de los barrios más conocidos se llama «Barranco»), y lo cierto es que el cielo eternamente gris, pero sin lluvia, no invita mucho a disfrutar de un día de playa. Herman Melville lo dijo de forma más poética al definir a Lima como «la ciudad sin lágrimas, la más triste, la más extraña que pueda verse».
Lógicamente, no toda la costa es tan hostil. A lo largo de tantos kilómetros de costa, Perú cuenta con grandes playas, como la de Huanchaco, Mancora, Pimentel…
Sierra
Lo que los peruanos llaman «la sierra» no es ni más ni menos que la cordillera de los Andes, la cicatriz montañosa que recorre de norte a sur Sudamérica. En el tramo peruano de esta cordillera, hay montañas de más de 6.000 metros, siendo el Huascarán la más alta de ellas.
Lógicamente, el acceso a esta zona es más complicado. La carretera panamericana, la arteria femoral de América, queda en la zona de la costa, y los accesos a la cordillera andina se reducen drásticamente.
Si queréis una buena experiencia andina (que no «anodina») sin salir de casa, la película de 2003 «Tocando el vacío» está basada en una historia real que tuvo lugar en los Andes peruanos. Cuenta con los mejores planos rodados en alta montaña en mucho tiempo.
Selva
Si moverse por los Andes es complicado, no digamos hacerlo por la selva amazónica, mucho más inaccesible. Eso sí, no hay que confundir la parte de Perú que ocupa la Amazonía con el departamento de Amazonas, una pequeña parte del país que pertenece a la selva.
La distinción entre costa, sierra y selva en Perú no solo se limita a lo puramente geográfico. Como consecuencia, estas fronteras naturales han generado diversas variedades dialectales del español. El calor de la costa, la altitud de la sierra y la humedad de la selva también han derivado en otras diferencias como el estilo de vida de los peruanos, o sus trajes tradicionales, adaptados a unas condiciones climáticas y medioambietales diametralmente opuestas entre sí.
(Fotos de cabecera y selva: Wikimedia Commons)