Hay muchas historias de amor diferentes, pero todas empiezan con un encuentro. En «Silencio, se viaja» vamos a preparar una romática cena costarricense a la luz de las velas porque hoy tenemos a dos invitados que, si surge la chispa entre ellos, nos harán volar a todos.
A un lado de esa mesa está sentado un poema. Se trata de «Vuelo supremo», de Julián Marchena, poeta costarricense que con un solo libro antológico («Alas en fuga») consiguió encumbrarse como el máximo exponente del modernismo en Costa Rica y un clásico en la lengua española.
Al otro lado de la mesa, pero lo suficientemente cerca para poderse agarrar las manos, está sentado un cortometraje. Se trata de «San José desde el cielo», de Hernán Jiménez, guionista y director de cine de, entre otras, una de las películas más aclamadas de Costa Rica: «El regreso».
Empieza la cita entre ambos. Leed el poema una, dos o las veces que queráis. Cuando estéis preparados, dadle al play y volad.
Vuelo supremo
Quiero vivir la vida aventurera
de los errantes pájaros marinos;
no tener, para ir a otra ribera,
la prosaica visión de los caminos.
Poder volar cuando la tarde muera
entre fugaces lampos ambarinos
y oponer a los raudos torbellinos
el ala fuerte y la mirada fiera.
Huir de todo lo que sea humano;
embriagarme de azul…Ser soberano
de dos inmensidades: mar y cielo,
y cuando sienta el corazón cansado
morir sobre un peñón abandonado
con las alas abiertas para el vuelo.